martes, 25 de marzo de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (5)


El lunes empieza con la clase de primera hora. Por la tarde, aproximadamente una vez al mes, tenemos reunión del grupo de trabajo y de investigación sobre el proyecto casos en red. Hemos puesto manos a la obra y el proyecto empieza a andar. Nuestro objetivo es colgar en la red, en acceso abierto, casos reales para la formación. Veremos cómo va evolucionando.

A media semana llega el día de San José, el 19 de marzo, una de estas fiestas que antes eran y que ahora no son pero que mantienen algo de su historia, como la tradición de tomar crema catalana.


El viernes tuvimos reunión de la comisión coordinadora de un Máster. Estamos esperando que la Agencia de Calidad responsa a nuestra propuesta de un nuevo Máster para el próximo curso. Parece que es difícil poder tener información sobre una fecha aproximada en la que llegará la respuesta de la Agencia, mientras que ya nos llegan peticiones de futuros estudiantes para cursarlo. Estas situaciones que me resultan inexplicables (¿por qué no se puede conocer el calendario?) y ante las cuales no siempre es fácil saber que está fallando me producen cierto desasosiego.

El sábado participé en una fiesta sorpresa con motivo de los 70 años de una compañera del Departamento. Mientras esperábamos su llegada, observé como en algunas conversaciones aparecían temas de trabajo... cada vez es más difícil establecer espacios y momentos diferenciados.

 

 

martes, 18 de marzo de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (4)


Los lunes y los jueves, a las 8,30h., tengo clase de grado. Me gusta la docencia: los retos siempre presentes para mirar de mejorarla día a día, el esfuerzo para ir fortaleciendo el vínculo con los y las estudiantes, el intercambio, la tutoría... lo único que se me hace duro es la evaluación acreditativa. Probablemente por esto la evaluación se ha convertido en una de mis líneas prioritarias de innovación e investigación.

 El miércoles hicimos una reunión del profesorado de educación social. La jefe de estudios se ha empeñado en la tarea de mejorar la docencia en esta titulación a partir del trabajo en equipos docentes y de la coordinación del conjunto del profesorado. En este tipo de reuniones se oyen cosas que me resultan sorprendentes y que creo que evidencian que nos falta compartir los significados. El tema de las competencias o de la evaluación continuada suele propiciar afirmaciones contundentes y contrapuestas. Hay que buscar espacios para hablar con tranquilidad de cuestiones de fondo pero nos falta más cultura profesional en este sentido.


El viernes por la tarde, aprovechando que mi hija arquitecta pasaba unos pocos días en Barcelona, visitamos una interesante exposición sobre Le Corbusier (1887-1965), en el CaixaForum. Fue un artista completo (pintor, diseñador, arquitecto) con ideas innovadoras y un discurso muy interesante pero que tuvo muchas dificultades para conseguir encargos.

 


El fin de semana cumplimos con una de nuestras tradiciones: celebramos la calçotada anual. En nuestra fiesta es tan importante lo que se come (los calçots, esta cebolla de tanto éxito acompañada de una salsa excelente) como su preparación y su consumo de pie, ensuciándonos las manos y los baberos, acompañándolos de un trago de vino tinto del porrón, y comentando sus excelencias. Después, carne a la parrilla y, para terminar, crema catalana y cava.

martes, 11 de marzo de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (3)


El lunes, después de la clase que termino a las 10,30h., me desplacé a la Facultad de Biblioteconomía y Documentación donde suele reunirse el Grupo transversal de innovación docente sobre aprendizaje autónomo (TRANS.EDU), que coordino. Es un grupo muy interesante porque está constituido por ocho profesoras y profesoras de ocho facultades distintas de nuestra Universidad (además de Biblioteconomía y Documentación, Biología, Derecho, Economía y Empresa, Farmacia, Física, Medicina y Pedagogía) que llevamos algunos años trabajando sobre la evaluación continuada. El intercambio es muy enriquecedor por la diversidad de titulaciones y por la calidad profesional y humana de sus componentes. En la reunión acordamos presentar conjuntamente con una parte del grupo de investigación sobre Entornos y Materiales para el Aprendizaje (EMA), del que formo parte, la solicitud de una ayuda para innovar e investigar sobre casos en red para la formación.



El jueves fue un día especial para nuestra pequeña historia: se reunieron conjuntamente las juntas de la Facultad de Formación del Profesorado y de la Facultad de Pedagogía para decidir el nombre de la nueva facultad que nacerá de la fusión de las dos. Ya tenemos nombre: Facultad de Educación. Estuvo bien pero, siendo la primera vez que se reunían las dos juntas, lo encontré excesivamente formal. Me falto un momento para festejar esta primera reunión, para oír algunos comentarios sobre su significado. Era una buena oportunidad para comunicarnos, más allá de votar un nombre.


El viernes, después de una lucha titánica con el aplicativo informático correspondiente, conseguí enviar la solicitud para el proyecto sobre casos. Este mismo día envié para su publicación el libro sobre buenas prácticas de evaluación continuada que hemos realizado en el TRANS.EDU. Una jornada productiva.

martes, 4 de marzo de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (2)

El martes me quedé todo el día en casa. A menudo, en el campus se hace difícil avanzar en tareas que exigen concentración puesto que, además de las clases y la atención a los estudiantes, las reuniones proliferan como las flores en primavera y no es raro que algún que otro profesor o profesora tenga algo que comentarte. Un día en casa es una gran oportunidad para avanzar en las tareas pendientes, pero no es fácil poderlo tener. Claro que incluso en casa la comunicación por correo electrónico te roba una buena parte de la jornada. Lo de la saturación de mensajes electrónicos es una de las caras oscuras de los beneficios de las actuales tecnologías de la comunicación. Mientras trabajaba en casa, un grupo de estudiantes impidió la celebración del claustro de nuestra universidad que tenía que debatir la aprobación de un nuevo Estatuto. Parece que se está convirtiendo en habitual tener que suspender reuniones del Consejo de Gobierno y ahora del Claustro. Algo realmente no funciona y los responsables son varios.

                                   Suspensión del Claustro. La Vanguardia.com, 25-2-14

El miércoles recibí a una estudiante del programa Séneca, de movilidad entre universidades españolas. Me solicitó la evaluación única de la asignatura, en lugar de la evaluación continuada que es la habitual. El motivo: le es imposible evitar el solapamiento de asignaturas. Según me dijo, situaciones como la suya no se habían previsto cuando se hicieron los horarios. Como mínimo sorprende que una estudiante de movilidad no pueda asistir a clase.

Huelga de estudiantes contra la LOMCE y a favor de recursos para la Universidad. El jueves tuvimos problemas para acceder al campus porque un pequeño grupo de estudiantes impedía el paso.  De nuevo unos pocos estudiantes impiden la libre circulación en la Universidad. Sin entrar en las razones de fondo del malestar, que comparto, creo que las formas también son importantes en una sociedad democrática.

El sábado acompañamos a nuestro hijo al aeropuerto: se va a trabajar al extranjero. Uno más.

martes, 25 de febrero de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO


Empiezo esta sección en mi blog. Lo primero que he necesitado es un título. Al final he optado por “la semana de un profesor universitario”, descriptivo y directo. Cuando lo releo me doy cuenta de que ser profesor me define profesionalmente. No sucede siempre así puesto que no son pocos los profesores que se autoidentifican como médicos, historiadores, ingenieros… en lugar de cómo docentes. En un estudio que hace años el profesor Fernández Pérez (1988) realizó sobre las características que definen una profesión, señalaba como una de ellas la autopercepción del profesional como tal, así como un cierto grado de satisfacción con la tarea que realiza.

Imbernón (1994) señala que más que hablar de características de una profesión hay que hacerlo de “cultura profesional”. La cuestión es: ¿cultura profesional de profesor o de psicólogo o de abogado? Me parece una cuestión relevante porque esta identificación creo que tiene muchas consecuencias y explica algo de lo que pasa en la institución universitaria.

Miro ahora por el retrovisor los últimos siete días. He compaginado la docencia de una asignatura de educación social, la corrección y evaluación de los trabajos realizados por el alumnado de un máster, la preparación de una solicitud para una ayuda al desarrollo de proyectos de investigación, la participación en el consejo de departamento para elegir al director del mismo, la tutorización de estudiantes que están realizando el Trabajo de fin de grado, una conexión por Skype con un doctorando colombiano a quién le dirijo la tesis doctoral, la coordinación de un libro que estamos terminando sobre evaluación continua, la convocatoria del grupo de innovación docente que coordino, una reunión del grupo de investigación… No me quejo de un exceso de trabajo porque no creo que un profesor universitario que disfruta como yo pueda hacerlo pero quizás la dispersión y simultaneidad de frentes abiertos sean un poco excesivas.

Tengo la sensación de que estoy permanentemente saltando de una cosa a otra, con el riesgo de que las urgencias eclipsen un poco lo que es más importante. Y encima aún me dedico a escribir en este blog.


Referencias:
FERNÁNDEZ PÉREZ, M. (1988) La profesionalización del docente. Madrid: Escuela Española.
IMBERNÓN, F.  (1994) La formación y el desarrollo profesional del profesorado. Barcelona: Graó.

miércoles, 19 de febrero de 2014

EXPECTATIVAS Y APRENDIZAJE


En la Universidad, ya estamos inmersos en las clases del segundo semestre.
Los primeros días, con los estudiantes de mi grupo, hemos trabajado sobre sus expectativas y sobre el concepto y la incidencia de las expectativas en los procesos de aprendizaje. Hemos hablado del efecto Pigmalión, de la profecía de la autorrealización (lo que esperamos que pase acabará pasando), de cómo influyen las expectativas del educador o educadora, de los estereotipos y los prejuicios y del papel central de las expectativas en la motivación. A menudo, cuando en la relación educativa detectamos falta de interés, de motivación, desgana… lo que hay detrás es un problema de falta de expectativas positivas, de confianza en las posibilidades.

Cuando se da esta situación, especialmente en la enseñanza básica, nos encontramos ante una encrucijada, si queremos ayudar al alumnado en su proceso de aprendizaje. Las expectativas las vamos construyendo a partir de nuestra historia personal y esta historia, en una parte significativa, se desarrolla en situaciones de relación educativa más o menos formales. ¿Cómo contribuir a que los educandos mejoren sus expectativas? Responder a esta pregunta obliga a plantearse cuestiones con relación a los objetivos y los contenidos de aprendizaje, las estrategias metodológicas, la evaluación y a la atención a la diversidad, como mínimo. Casi nada. Cómo que la realidad es sistémica y todo está conectado no existen alternativas simples. Todas son complejas. La cuestión es si el tema de las expectativas es suficientemente determinante para ser uno de los ejes sobre los que sostener la reflexión sobre nuestra práctica. Yo creo que sí que lo es.  

martes, 11 de febrero de 2014

A RAÍZ DE UNOS DATOS SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA


Hace pocos días, la prensa se hizo eco de un informe presentado por Oxfam sobre la desigualdad en el mundo. Los datos son estremecedores: 85 personas son tan ricas como la mitad más pobre del planeta. Dicho de otra manera: casi la mitad de la riqueza del  mundo está en manos del 1% de la población. El mismo informe dice que es un nivel de desigualdad sin precedentes que amenaza “perpetuar las diferencias entre ricos y pobres hasta hacerlas irreversibles”. 

El mundo lo construimos entre todos y todas, cada uno con un nivel de incidencia determinado. Quienes nos dedicamos a la educación no tenemos las posibilidades de algunos políticos ni, mucho menos, de los poderes que están en la sombra. A pesar de ello, la educación puede contribuir a que las cosas sigan así o puedan cambiar. Como educadores y educadoras nos encontramos en una posición en que podemos incidir. Cuando decimos que para educar hay que reflexionar sobre que modelo de persona y que modelo de sociedad son nuestros referentes –puesto que no existe la educación neutra- y cuando nos planteamos qué y cómo hemos de enseñar en coherencia con los modelos asumidos, es cuando nos damos cuenta de que las opciones educativas son también políticas. Lo son en el sentido de que hacen referencia a la convivencia, al bien común y a la participación ciudadana.