miércoles, 29 de mayo de 2019

COLAS EN EL EVEREST


El 29 de mayo de 2019 hace 66 años de la conquista del Everest, la mítica montaña de 8.848 metros. Cuando Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay alcanzaron la cima se consideró una hazaña difícil de repetir. En La Vanguardia del 24 de mayo pasado, leo una noticia y veo una fotografía impactantes: actualmente, en dos semanas de mayo (la época mejor para el ascenso) suben casi un millar de personas. En la fotografía se ve una larguísima cola de alpinistas esperando el turno para pisar la cima: en un solo día unas 300 personas lo consiguieron. Es una actividad de riesgo y esto provoca algunos accidentes mortales. Con la concentración de tanta gente a más de 8.000 metros, la espera por la cola puede ser fatal porque el oxígeno embotellado se va gastando.

El Everest se ha convertido en un negocio, un nuevo destino turístico donde la gente hace cola, con sus botellas de oxígeno y la asistencia de sherpas personales y donde, para participar en esta experiencia, hay que pagar mucho dinero al operador turístico que la gestiona. Como ocurre en los lugares donde hay mucho turismo, por el camino de ascensión y descenso quedan muchos desechos; cada año se vierten cuatro o cinco toneladas de basura: botellas de oxígeno, tiendas de campaña, piolets, latas, cuerdas... ¿Qué estamos haciendo?

miércoles, 22 de mayo de 2019

UNIVERSIDADES SIN PROYECTO DOCENTE


Cada dos años se celebra en Cataluña el CIDUI, el Congreso Internacional sobre Docencia Universitaria e Innovación (y ya se han hecho 10 ediciones) y los años que no hay CIDUI se organiza un Simposio, durante una mañana. El último simposio se celebró el pasado 16 de mayo de 2019 y abordó la cuestión de "¿Cómo responden las universidades a los retos actuales? Modelos y propuestas”. Se articuló en torno a tres subtemáticas: modelos educativos flexibles; relación universidad, empresas y sociedad; responsabilidad social y permeabilidad de la universidad. Estos simposios reúnen profesorado preocupado por la mejora docente y, en los coloquios, hay una serie de cuestiones que son recurrentes: se constata que hay menos valoración de la labor docente que de la investigadora, dificultades para generalizar la innovación docente, etc. Una de las cuestiones que suscitó varias intervenciones fue la de la necesidad de políticas claras por parte de los rectorados y la dificultad que el profesorado se alinee con estas políticas, en vez de ir cada uno por su cuenta.

Cuando en clase trabajábamos sobre los proyectos educativos de las instituciones, recuerdo que un estudiante preguntó qué pasaba con el inexistente proyecto educativo de la Universidad. En mi etapa como director de departamento impulsé la elaboración y aprobación de un proyecto de departamento y, cuando fui vicerrector de Política Docente, un proyecto académico-docente de Universidad. No es, sin embargo, una cuestión sencilla, por razones diversas. En las universidades públicas -al menos, en las españolas- hay una cultura docente de "libertad de cátedra", probablemente no muy bien entendida. No debemos olvidar que la educación está cargada de valores (esto es lo que hace tan difícil un pacto educativo sobre educación entre los partidos políticos). De todos modos, estoy convencido de que se puede avanzar en acuerdos programáticos y en la definición de líneas claras de política docente, pero los primeros que lo tienen que creer son los responsables políticos de las universidades y no tengo del todo claro que esto sea una prioridad para ellos, en muchos casos.

miércoles, 15 de mayo de 2019

INTERDISCIPLINARIEDAD, TRANSVERSALIDAD


Trato un nuevo tema a plantearse para mejorar una titulación universitaria (la entrada anterior sobre esta cuestión es del 1 de mayo de 2019): el enfoque interdisciplinario y transversal. Vivimos en un mundo complejo donde cada vez es más necesario compaginar los enfoques disciplinarios (para profundizar aspectos específicos) con una visión transversal, más global y sistémica, y con la capacidad de trabajar en equipos interdisciplinarios. La realidad profesional, especialmente en determinados ámbitos como la sanidad o la educación por ejemplo, es multiprofesional: hay que saber trabajar conjuntamente con profesionales de otras disciplinas y la Universidad prepara poco en esta competencia. Sólo se aprende a tener una visión interdisciplinar practicándola.

Cuando analicé una titulación específica, señalé como puntos fuertes la existencia de experiencias de interdisciplinariedad, aunque todavía demasiado escasas, así como la oportunidad que suponen las prácticas externas y el trabajo final de grado para favorecer este tipo de enfoques. Como reto de mejora indicaba que el de la interdisciplinariedad y transversalidad es un trema de fondo que requiere una reflexión profunda entre los responsables de diseñar y llevar a cabo planes docentes y que debe ser abordado a nivel de titulación. Como aspecto a mejorar también señalaba que el profesorado tiene poco conocimiento de las perspectivas y los enfoques de otras asignaturas. La cuestión que propuse para abordar el tema fue debatir si se puede hacer una propuesta de titulación para favorecer un enfoque más interdisciplinario o transversal.