miércoles, 28 de junio de 2017

EXPECTATIVAS PESIMISTAS DE LOS JÓVENES



En estudios sobre la percepción de los jóvenes de España respecto de las posibilidades de encontrar trabajo éstos muestran un notable pesimismo. Más del 40% de los jóvenes españoles entre 18 y 30 años creen que no encontrarán trabajo durante el primer año después de haber terminado su formación. Aunque estos datos se hicieron públicas ya hace unos meses (Adecco encuestó 10.000 jóvenes de todo el mundo), me parecen interesantes: los jóvenes españoles son los más pesimistas, seguidos de los japoneesos y los italianos, lo que muy probablemente tiene relación con la tasa de paro juvenil (alrededor del 50% en España mientras que la media de la OCDE no llega al 13%). En el estudio, los jóvenes manifiestan que la principal dificultad es la falta de experiencia laboral previa, un perro que se muerde la cola. Por otra parte, un informe de Eurostat (la oficina de estadística europea) indica que más del 22% de los jóvenes españoles de entre 20 y 24 años no estudiaban ni trabajaban en 2015.

Aparte del problema estructural de fondo, estas expectativas tan negativas no ayudan a que la situación se pueda enderezar: las expectativas condicionan mucho como actuamos y, en consecuencia, lo que obtenemos. Estas expectativas tampoco facilitan la implicación y la motivación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje: ¿por qué hacer un esfuerzo si, al final, tampoco encontraré trabajo? Es una situación que el profesorado puede percibir y que, a menudo, no sabe muy bien cómo abordar.

miércoles, 21 de junio de 2017

LA TEMPERATURA IMPIDE HACER CLASE



En Cataluña, desde hace un par de semanas, estamos viviendo una ola de calor, con temperaturas que han llegado hasta los 40 grados en algunos lugares. Todo el mundo mira de aguantarlo de la mejor manera que puede y suerte tenemos de los aires acondicionados. Pero de aire acondicionado en las aulas no suele haber. En el debate casi permanente sobre las vacaciones escolares y sobre si el curso debería terminar más tarde y empezar antes (para que las vacaciones de verano fueran más cortas) la cuestión climatológica es un condicionante para tomar una u otra decisión. Ahora, sin embargo, el curso no ha terminado y hace mucho, mucho, calor. Se están produciendo golpes de calor que han afectado a niños y docentes. En estas circunstancias es imposible hacer una clase normal, hay que alargar los patios, remojar a los niños con mangueras y vaporizadores, darles agua, pedir a las familias que no se olviden de las gorras y de las cremas de protección solar ...

En las escuelas hay una sensación estresante por la situción. Aunque no es fácil saber muy bien qué hacer, quizás desde la Administración se podría tomar alguna decisión, más allá de decir que es una situación pasajera ... quizás se quiere decir: pasajera hasta que llegue el día de fin de curso.

miércoles, 14 de junio de 2017

SOLOS ANTE LA TELEVSIÓN



Ya hace varios años -unos cuantos largos- publiqué algunos artículos e hice unas cuantas conferencias para padres y madres sobre la convivencia de los niños y las niñas con la televisión. Lo recordé cuando leí que había pedagogos que alertaban de la tendencia en los hogares occidentales de mantener distraídos a los hijos con la serie infantil del momento, sin que los padres estén presentes. La alerta es porqué los niños hacen suyos patrones de conducta que observan en estas series y, estos modelos, no siempre son positivos. Esta alerta, que hizo el Colegio de Pedagogos de Cataluña (informe "Series infantiles. Una aproximación de análisis pedagógico"), dice lo mismo que algunos ya decíamos hace años. O sea, ¿que seguimos con la misma situación? No, ahora es peor, porque con el uso de tabletas y similares, el adulto aún está menos presente para poder acompañar al niño o la niña en su proceso formativo. Sí, formativo, porque con la televisión, las tabletas ... se está formando.

El estudio señala que series aparentemente inocentes presentan experiencias cercanas a las que se puede encontrar un niño o una niña en las que, por ejemplo, se muestra que con la tozudez o llorando se pueden conseguir cosas, se desvaloriza el esfuerzo, se realiza "bullying", se fomenta el sexismo... La oferta es la que es y la clave está en acompañar al niño y ayudarle a ir desarrollando un sentido crítico ante lo que ve. Ayudar a padres y madres a ser conscientes de esta cuestión es relevante porque, por encima de todo, es un tema de actitud por parte de los progenitores. Y no es una cuestión ni fácil de abordar (porque dejarlos delante de la televisión es muy cómodo) ni de poca importancia.

miércoles, 7 de junio de 2017

DEGRADAR LA UNIVERSIDAD PÚBLICA



Hace unos meses, la prensa se hacía eco de un dato: en la Universidad de Barcelona, ​​el 77% del Personal Docente e Investigador Permanente tiene más de 50 años y sólo un 2% no llega a los 40. En mi Departamento, el próximo curso seremos unos 25 profesores con dedicación a tiempo completo y alrededor de unos 75 a tiempo parcial. Aunque se van jubilando docentes, las plazas que dejan libres sólo se suele autorizar cubrirlas con más profesorado contratado a tiempo parcial (profesores que tienen su trabajo principal fuera de la Universidad). Evidentemente, por parte de los responsables de la Universidad hay plena conciencia de cuál es el estado de la cuestión (especialmente grave en la Facultad de Educación) pero no parece que nadie lo remedie. Es más, cada año la situación se agrava. De seguir este ritmo -que ya lleva años- dentro de dos o tres cursos, en mi Departamento, podemos estar con un 15% de profesorado a tiempo completo. Las repercusiones de esta situación son muy graves puesto que el profesorado que trabaja en otro trabajo, aunque tenga muy buena voluntad, tiene dificultades para reunirse, coordinarse, ser flexible para atender a los estudiantes y esto dificulta la calidad de la docencia y la gestión del día a día (el profesorado a tiempo completo se debe multiplicar para asistir a comisiones, tribunales y otras entidades y organismos de gestión).

Se ha llegado a una situación en la que ya somos muchos los que interpretamos que lo qué está pasando es un ataque a la actual Universidad Pública. En nuestro sentimiento de abatimiento por lo que está sucediendo nos sentimos impotentes mientras vemos que "se están cargando la Universidad como servicio público".