miércoles, 16 de mayo de 2018

EDUCACIÓN EMOCIONAL, EDUCACIÓN INTEGRAL


La educación emocional está de moda ... bien, lo está en teoría pero no sé si realmente se tiene suficientemente en cuenta en muchos centros educativos. ¿Por qué está de moda? Pues, entre otras razones, porque la inteligencia emocional cada vez es un valor más preciado en el mundo laboral. Aunque aún se siguen utilizando tests de coeficiente intelectual, cada vez está más asumido que los aspectos actitudinales y emocionales influyen mucho -probablemente más que la racionalidad estricta-  en el comportamiento y en las decisiones que toman las personas. La capacidad para gestionar los propios sentimientos y para relacionarnos con los sentimientos de los demás es fundamental para ir por la vida. Y no es una intuición, hay investigaciones que lo constatan.

La cultura académica a menudo tiene poco en cuenta la vertiente emocional, especialmente a medida que vamos subiendo en los niveles del sistema educativo. Caer en el otro extremo, respondiendo a la moda, tampoco parece una opción acertada. No es nada nuevo que la educación debería ser integral de la persona de manera que la ayudara a desarrollar todas sus capacidades. Las capacidades cognitivas, afectivas, de interacción e inserción social... deben desarrollarse conjuntamente puesto que las personas no estamos hechas de compartimentos estancos, sino que las diversas capacidades se influyen entre sí. O sea, se requiere una visión integral y sistémica de la persona en la que se la pueda ayudar y acompañar en su aprendizaje en función de las necesidades y potencialidades de cada momento. Es más fácil de decir que de hacer pero si el interés por los aspectos emocionales sirve para fortalecer esta visión de educación integral, bienvenido sea este interés.

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