miércoles, 13 de marzo de 2019

TEORÍA Y PRÁCTICA


Siguiendo con los temas propuestos para mejorar una enseñanza universitaria (entradas de este blog del 13 y del 27 de febrero del 2019), hoy hago referencia a la relación entre teoría y práctica. Los y las estudiantes a menudo se quejan del carácter poco práctico de las enseñanzas y les cuesta ver la relación entre la teoría y la práctica. No existe una práctica que no se base en una teoría -a menudo, implícita- y la teoría se construye basándose en los conocimientos obtenidos del análisis y la reflexión sobre la práctica. Esta relación, sin embargo, muchas veces no se visibiliza suficientemente. En las enseñanzas más claramente profesionalizadoras esta relación entre teoría y práctica debería ser aún más visible, si cabe. La Universidad forma para ejercer una profesión y un profesional se define, además de por otras características, por la capacidad de tomar decisiones con autonomía y por ser competente para afrontar los retos propios de su práctica profesional. Tanto para poder tomar decisiones de manera autónoma como para ser competente es indispensable una formación donde la práctica y la teoría estén bien entrelazadas.

En el análisis que hice referido a una enseñanza específica, como puntos fuertes destacaba la sensibilidad por parte de mucho profesorado para incluir la vertiente práctica en las asignaturas, el valor que se otorgaba al prácticum y su remodelación para que cumpla mejor sus funciones claves y la potencialidad del trabajo final de grado por su vertiente de aplicación. Como cuestiones que quizás se podrían mejorar hice referencia a la existencia de asignaturas muy teóricas, sin relaciones con la práctica; la percepción por parte de los estudiantes de la falta de relación entre una teoría descontextualizada y lo que ellos y ellas consideran la realidad; la detección en el trabajo de final de grado de carencias en el logro previo de algunos contenidos, aunque estos contenidos a menudo se han impartido a lo largo de la titulación; el reto de aprovechar el prácticum para trabajar con las y los estudiantes a partir de sus experiencias para analizarlas aprovechando los contenidos de carácter teórico de varias asignaturas. Mejorar la relación entre teoría y práctica en el proceso de enseñanza y aprendizaje no parece una cuestión sencilla porque es un tema recurrente pero hay que abordarla, empezando por alguno de los puntos que se podrían mejorar. Quizás una buena manera sería empezar por ver cómo se puede potenciar la relación entre las vivencias del prácticum y los contenidos de varias asignaturas.

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