miércoles, 1 de marzo de 2017

CARNAVAL



Semana de Carnaval: desde jueves lardero hasta el miércoles de la sardina, aunque hay quien empieza con los disfraces y los desfiles antes ... y quien lo celebra después. Es una fiesta que, como se sabe, supone un paréntesis de permisividad y desenfreno antes del inicio de la cuaresma cristiana ... bueno, estos son sus antecedentes pero, hoy en día, se ha convertido en una fiesta popular en la que las personas se disfrazan y salen a la calle y, a menudo, aprovechan para poner en evidencia y ridiculizar determinados personajes (este año el presidente de Estados Unidos se ha llevado el trofeo), rituales y profesiones. Es también la oportunidad de transformarnos detrás de la máscara y el disfraz y de dar alas a nuestra creatividad.


 Carnaval en Os de Balaguer (Catalunya)

Estas fiestas permiten, por tanto, lecturas diferentes. Algunas poblaciones las viven plenamente y, en otras, se hace lo que se puede. Las escuelas siguen celebrando el Carnaval y llenando las calles con sus desfiles. Es un momento lúdico, de preparación colectiva, de aprovechar para generar disfraces reciclando ropas y complementos, de romper algunos moldes, de abrirse al barrio, de reír con los demás (no de los otros), de convivir y hacer comunidad ... y las escuelas deben saber aprovecharlo. Mal asunto si el Carnaval se convierte en una obligación en vez de ser una oportunidad. Es cansado pero es que las fiestas cansan y no por ello debemos renunciar a ellas. En la escuela, sin embargo, también es una actividad educativa, como todo lo que en su seno sucede y, si se sabe aprovechar, con muchas posibilidades. Aunque lleguemos a la noche exhaustos.

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