martes, 13 de enero de 2015

RITMOS

Un nuevo año. Da la sensación de que el tiempo vuela. Tanto el tiempo de vacaciones como el dedicado al trabajo. Cuando empieza un año es casi inevitable plantearse mejorar algunas cosas. Quizás estaría bien disminuir la sensación de vivir con un ritmo demasiado elevado y de que no se acaba de llegar a los temas (de gestionar, de resolver cuestiones…) con el mínimo de tranquilidad que ayuda a hacer las cosas mejor ya gozar con ello. No es algo fácil de cambiar. El contexto no suele ayudarnos, al menos el contexto urbano. Probablemente nosotros tampoco nos ayudemos a hacer un cambio.

 Nuestra docencia, a menudo, no se salva de los ritmos acelerados. Es una lástima porque la institución escolar debería ser un espacio que facilitará el aprendizaje bien construido, paso a paso, reflexivamente, acompañando al alumnado atendiendo al tiempo que éste necesita. Es decir, aprovechando el tiempo de verdad, cualitativamente. Si en nuestra vida diaria no somos capaces de encontrar momentos de pausa, de tomarnos el tiempo necesario para aquellas cuestiones que no admiten respuestas rápidas y superficiales, y de disponer de espacios y tiempos para el diálogo y la conversación reposada con nuestros compañeros y compañeras, es muy difícil que en las aulas las cosas se hagan con la tranquilidad necesaria.

 El cambio de año es una buena excusa para pensar en todo ello. Aunque muchas buenas intenciones duran pocos días, no es menos cierto que los cambios profundos se generan a partir de las actitudes y de pequeños cambios, de decisiones sobre cuestiones concretas y abordables. Quizás hay algunas que podemos plantearnos, que nos parezca viable afrontar.

 Disfrutad del 2015.

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