martes, 8 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (7)

Después de la clase de grado y de un rato de despacho, hacia la una del mediodía del lunes salí hacia Amposta  para realizar mi cuarta sesión de asesoramiento sobre la competencia de trabajo en grupo en el instituto de secundaria Ramón Berenguer: una hora con el claustro y dos horas con el seminario. Aunque el desplazamiento no es corto (dos horas largas en coche desde Barcelona sin contar la parada para comer) resulta gratificante porque te permite interaccionar con profesorado preocupado por mejorar, día a día, la docencia. La competencia de trabajo en grupo, por otra parte, supone un desafío porque lleva a replantear algunas concepciones que suelen estar muy arraigadas en secundaria. De lo que se trata es de aprender a trabajar en grupos cooperativos en los que "los objetivos de los participantes se encuentran estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos pueda llegar a sus objetivos si y sólo si los demás consiguen los suyos" (J. Rué El trabajo ccoperativo. Barcelona: Barcanova, 1991). Si el objetivo es éste, ¿cómo se combina con la evaluación individual que tanto nos suele preocupar?

El miércoles, la radio que acompaña mis primeras horas de cada jornada, aquellas horas que no sabes a ciencia cierta si estás despierto o dormido, informaba de que el alumnado español nuevamente ha obtenido malos resultados en un informe PISA, en esta ocasión en pruebas de habilidades prácticas. Pienso que, sin descartar el interés de estos estudios, es fácil caer en esquematismos y en la búsqueda de causas y de culpables que simplifican en alto grado una realidad muy compleja.

El día siguiente envío dos correos electrónicos a Chile, a dos doctorandas a quienes dirijo la tesis, en solidaridad con las consecuencias de los terremotos que están sufriendo en el norte del país. En nuestra Facultad, empiezan a desatarse nervios y angustias ante la inestabilidad del profesorado que, un curso más, no sabe si va a poder seguir en la Universidad. Por la tarde, trabajo en casa, lo que me permite ponerme un poco al día con las lecturas pendientes.

El viernes tenemos reunión de la comisión permanente del comité científico del CIDUI, el Congreso de docencia universitaria e innovación del próximo julio. También aquí hemos vivido la desidia que, en ocasiones, aparece en la Universidad: el último día del plazo para que los revisores enviaran sus informes sobre las comunicaciones, algunos -unos cuantos- resulta que no habían hecho ni harían ninguna revisión. Evidentemente son una minoría pero aún no salgo de mi asombro.

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