miércoles, 8 de abril de 2020

NO NOS TOCA MÁS REMEDIO QUE HACER DOCENCIA A DISTANCIA


Mientras observo, desde casa, las calles vacías tan impropias de un Domingo de Ramos, pienso en cosas buenas que nos puede haber aportado la situación que estamos viviendo. Quizás una de ellas, es que el profesorado se ha visto obligado a hacer una inmersión en la docencia no presencial. Compañeros y compañeras me comentan que están teniendo dificultades para adaptarse a esta nueva manera de trabajar pero que lo están haciendo. El curso presencial en la Universidad catalana parece finalizado y no sería extraño que pasara lo mismo en el resto del sistema educativo. Por tanto, no hay alternativa: hay que hacer docencia no presencial. Quizás este cambio obligado, pueda suponer en el futuro una mayor armonía entre la presencialidad y la no presencialidad, más allá de colgar documentos en un campus virtual.

En una publicación reciente que he coordinado, a la que ya hice referencia en una entrada anterior de este blog (Planificación de la docencia universitaria. Barcelona: Octaedro - ICE UB), se dedica un capítulo a hablar de la semipresencialidad y, entre otras cosas, se apunta que:
El diseño semipresencial comporta optar por una manera distinta de organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se trata de aprovechar las posibilidades de los entornos virtuales para favorecer el aprendizaje autónomo del estudiante.
(...)
Planificar una asignatura o parte de ella como semipresencial comporta tener en cuenta las siguientes consideraciones:
a)    En el plan docente tienen que estar claramente descritas las actividades presenciales y las no presenciales y, en el programa, tienen que especificarse las características de estas actividades y los plazos para su realización
b)    Tiene que preverse un sistema de comunicación virtual entre alumnado y profesorado y entre el propio alumnado.
c)    Los materiales de apoyo al aprendizaje tienen que ser ajustados a las características de la semipresencialidad.
d)    La evaluación del proceso de aprendizaje debería incluir evidencias que se recojan presencialmente y evidencias fruto de las actividades virtuales. Es recomendable que las actividades no presenciales también tengan peso en la calificación final.
e)    El seguimiento tutorial por parte del docente podrá hacerse presencialmente o a distancia. En todo caso, debe quedar claramente especificado en el plan o guía docente de la asignatura.
Algunas de estas consideraciones no se pueden aplicar por la excepcionalidad de la situación actual pero, tal vez, se pueden tener en cuenta para aprovechar lo ocurrido para, más adelante, dar más peso y más sentido a la no presencialidad en nuestras asignaturas.

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