miércoles, 12 de junio de 2019

APRENDIZAJE AUTÓNOMO


Sigo con los temas que propuse, en una conferencia, para mejorar la docencia en una titulación universitaria (la entrada anterior sobre estos temas la hice el 15 de mayo del 2019). Abordo hoy una cuestión que me parece central en la educación y, aún más, en la formación universitaria: el aprendizaje autónomo. La autonomía en el aprendizaje debe considerarse un tema muy relevante porque aprender es desarrollar la capacidad de ser cada vez más autónomo en la dirección del propio proceso de aprendizaje y sólo se aprende a ser autónomo practicando la autonomía. Cuando hablamos de esta cuestión hay que tener en cuenta que hay grados de autonomía: desde la toma de algunas decisiones sobre el propio aprendizaje a la responsabilidad de tomar decisiones con entidad. El reto debe ser acompañar al estudiante para que sus decisiones puedan ser cada vez de mayor entidad. No es un tema fácil: ¿sobre qué se puede proporcionar autonomía (elección de actividades, sistema de evaluación, contenidos de aprendizaje...)?

Hoy en día se habla de la necesidad de personalizar el aprendizaje y se entiende que esta necesidad es una exigencia del concepto de ecología del aprendizaje pero hay concepciones diferentes sobre estas cuestiones. Me pareció interesante el Dossier de Graó: La personalización del aprendizaje, publicado en 2018 y coordinado por César Coll. En esta publicación, entre otras cosas, se comenta que la personalización del aprendizaje consiste en ayudar al estudiante a aprender pero se va más allá y se plantean algunos interrogantes: ¿la personalización también debe querer decir respetar sus intereses, objetivos y opciones de aprendizaje? Este interrogante tiene relación con la compaginación del proyecto personal y del proyecto institucional en el proceso de formación, un tema que ha tratado muy bien Núria Giné. Aún se puede añadir que si, como ocurre en algunas titulaciones, se considera importante formar en la participación y en el empoderamiento, fomentar la autonomía es indispensable para ser coherentes con lo que se dice que se quiere fomentar.

En el análisis específico de una titulación, señalé como puntos fuertes el hecho de que la educación superior, por sus características, fomenta de entrada cierto grado de autonomía y que, algunas asignaturas, han incluido planteamientos en esta línea. Como retos de mejora, apuntaba que a menudo la enseñanza es muy directiva y esto dificulta el desarrollo de la autonomía para aprender y que es un tema que, por su entidad y transversalidad, pide una reflexión global a nivel de grado. Para enfocar el tema, propuse debatir sobre qué, cuándo y con qué margen debería poder decidir el estudiante en lo que se refiere a su proceso de aprendizaje.

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