lunes, 20 de enero de 2014

REALIDAD Y FICCIÓN: EL MUNDO COMO UN TEATRO


Una obra de teatro, Himmelwer del dramaturgo Juan Mayorga, me ha dado a conocer una situación real, en la que se basa el texto teatral, que invita a la reflexión. Estos son los hechos: un delegado de la Cruz Roja fue enviado a inspeccionar el campo de concentración de Theresienstadt, donde se decía que se había creado una colonia judía modelo. El comandante nazi encargado del campo ordenó limpiar las calles y ocultar a los enfermos y consiguió la colaboración del jefe de la comunidad judía y del resto de prisioneros para montar una representación. Tal fue el éxito de la farsa que el delegado de la Cruz Roja certificó que se trataba de una ciudad normal, aunque con condiciones difíciles como corresponde a las épocas de guerra.

¿Cuál era la realidad? En este campo un tercio de los prisioneros murieron en las cámaras de gas y otro tercio por enfermedades y malnutrición. El jefe de la comunidad judía había colaborado esperando ganar tiempo y retrasar la catástrofe.

En esta obra teatral se trata de la invisibilidad del horror. El delegado que inspeccionó el campo no se confundió por la calidad de la representación sino por la falta de valor para hacer las preguntas necesarias y destapar lo que nadie destapaba. Este hecho nos lleva a pensar sobre la realidad aparente, la alteración de las percepciones y en cómo intentan engañarnos. También invita a reflexionar sobre los roles que aceptamos para evitar dar según qué pasos que nos complicarían la vida. Ya Calderón de la Barca nos mostraba el mundo como un teatro donde cada uno representa un papel.

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