miércoles, 21 de noviembre de 2018

UNA NUEVA REFORMA EDUCATIVA EN EL HORIZONTE


El gobierno socialista español ha anunciado que quiere poner en marcha una nueva reforma educativa. En este mismo blog, el 28 de junio de 2016, escribía: ...el Partido Popular aprobó y puso en marcha una nueva reforma del sistema educativo, la LOMCE. Desde el primer momento, la ley suscitó una amplia oposición, tanto en el Parlamento como en el sector profesional de la docencia. Una vez más, surgía una nueva ley educativa sin consenso y que respondía a  intereses partidistas. El profesorado, en primer lugar, y las familias a continuación, volvían a vivir la situación con desasosiego. Entre los docentes es un clamor la necesidad de un periodo de estabilidad legislativa que permita trabajar con tranquilidad y coherencia (...). En el caso de la LOMCE hay que añadir que se legisló una ley que responde a un modelo de sociedad y de persona muy determinado, tal como se ha denunciado en múltiples foros. No es necesario ahondar en ello. Ahora la situación ha cambiado: nuevos partidos en el escenario político y nuevas correlaciones de fuerzas en muchas comunidades autónomas han incrementado el rechazo a la LOMCE (...). La evidencia de la necesidad de un pacto educativo ha llevado a los partidos que han concurrido a las recientes elecciones a explicitar esta necesidad. No es la primera vez que ello sucede pero, después de constatar tantas veces cómo evoluciona el tema cuando se han terminado las elecciones, surgen muchas dudas sobre si puede existir realmente una alternativa a esta situación tan repetida y cada vez más acentuada (...). Hay que insistir, repitiéndolo las veces que haga falta, en que la educación es demasiado importante para un país como para que no exista un mínimo consenso alrededor de ella".

En la nueva reforma que se anuncia, se suprimirá lo más criticado de la LOMCE (la conocida como ley Wert, por el ministro que la puso en marcha sin ningún consenso): la religión dejará de ser una asignatura obligatoria y computable, las comunidades autónomas recuperarán competencias sobre contenidos escolares y sobre el trato de las lenguas co-oficiales, se eliminarán los estándares de aprendizaje y las reválidas, se reforzará el principio de no discriminación por género... Se trata de una reforma que pretende ser de fondo y que, desde mi punto de vista, hace planteamientos interesantes.  Lástima que la necesidad y la dificultad del pacto educativo a las que me refería en junio del 2016 sigan plenamente vigentes.  

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