sábado, 17 de marzo de 2012

¿QUÉ SUCEDE CON LAS COMPETENCIAS?

El pasado día 6 estuve en Palma de Mallorca para impartir un curso de 4 horas a profesorado de la Universidad de las Islas Baleares sobre evaluación por competencias. Después de que las nuevas titulaciones de grado se hayan tenido que estructurar, teóricamente como mínimo, a partir de la definición de unas competencias de la titulación, ahora empieza a manifestarse un interés por retomar el tema.

Muy probablemente, en gran parte de titulaciones, las competencias no acaben de cumplir su papel de referente y no se dé una sistematización que garantice que las diversas asignaturas están realmente al servicio de hacer personas más competentes, según las competencias definidas en la titulación. Quizás ahora, cuando ya ha pasado la “movida” que supuso poner en marcha los nuevos grados, sea el momento de retomar el tema y empezar a clarificar conceptos y a liberar a las competencias de algunos aprioris y de muchas imputaciones que son, como mínimo, discutibles.

En este sentido, cuando hablo de esta cuestión, procuro incidir en que las competencias no son lo mismo que las habilidades o los procedimientos (existe mucha confusión sobre ello), y en que aprender una competencia demanda adquirir determinados conocimientos, procedimientos y actitudes pero que, siendo ello condición necesaria, no es suficiente. Para adquirir una competencia, también hay que aprender a movilizar lo que se ha aprendido en determinadas situaciones, integrando los aprendizajes para poder construir la respuesta adecuada a una situación específica.

Por lo tanto, tanto para aprender como para evaluar competencias, se requiere adquirir determinados contenidos (conocimientos, procedimientos y actitudes) y aprender a movilizarlos y a integrarlos en situaciones semejantes a las que deberá enfrentarse el estudiante una vez finalice sus estudios. Son dos pasos necesarios que requieren estrategias docentes adecuadas a cada uno de ellos y estrategias de evaluación que contemplen estos dos momentos.

También acostumbro a insistir en que la ejercitación de las competencias pasa por operaciones mentales complejas que permiten escoger y ejecutar la mejor adaptación a la situación, y ello hace que para ser competente se requiera haber adquirido conocimientos profundos. Es decir, que no me parece cierto que las competencias vayan en contra del conocimiento, justo lo contrario.

El tema requiere que se trabaje en él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario