viernes, 27 de enero de 2012

REFLEXIONES ENTRE PLATO Y PLATO

El otro día hicimos una comida – reunión del comité organizador de INNED 2 (http://inned2.wordpress.com/), un simposio que organizamos el pasado noviembre, en CosmoCaixa (Barcelona). Hablando de la posible continuidad de experiencias como aquella, comenté que me interesaba el tema del acompañamiento educativo para ayudar al desarrollo de la autonomía del educando.

Vimos que era un tema que la mayoría de comensales reunidos estábamos trabajando, en un sentido u otro. Es lógico, si estamos de acuerdo en que educarse es un proceso de desarrollo de la propia autonomía, de la capacidad de ser cada vez más autónomo para tomar decisiones sobre la propia formación y sobre la propia vida en general.

También estábamos de acuerdo en las dificultades reales que existen en los entornos educativos para ayudar a desarrollar esta autonomía. Anna Forés dijo que, en el fondo, es una cuestión de confianza… o de falta de confianza. De confianza en el educando. Creo que éste es un aspecto importante del tema. A menudo las actividades que aparentemente pretenden dar voz y decisión al educando –o al conjunto de educandos- sólo lo pretende realmente en aquello que no es substancial, un poco como si jugáramos. En las cosas importantes quien decide es la maestra o el maestro, el profesorado, el educador o la educadora.

¿Qué significa tener confianza? Es complejo. Para pensar un poco en ello…

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