Poco podíamos imaginar que nos encontraríamos en una
situación como la actual, con el coronavirus. Escuelas, institutos y
universidades cerradas y la sensación de que esto aún puede ir a más. Se nos
recomienda permanecer en casa cuanto más tiempo mejor. Se trata de una crisis
sanitaria, social y económica que afecta a multitud de países y que muestra
nuestra fragilidad, como especie.
Estamos desconcertados y no se pueden evitar las dudas
sobre si las medidas son realmente necesarias y, si lo son, si no se deberían
haber implantado antes. A ver cómo evoluciona la situación. De momento, creo
que –a pesar de las dudas- nos toca tratar de contribuir a no propagar la
infección, evitando los contactos que no sean imprescindibles.
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