Sobre cómo será el regreso a la escuela el próximo setiembre, hace sólo
siete semanas (el pasado 20 de mayo), en este mismo blog, escribía: "Las
directrices que se están divulgando hablan de clases reducidas (alrededor de 12
a 15 alumnos) y de mantener la distancia social de seguridad en las clases y en
el patio, entre otras ". Ahora, en Cataluña, se han hecho públicas las
pautas para el nuevo curso escolar: no habrá desdoblamiento de grupos puesto que
no se disminuirá la ratio, no será necesario llevar la mascarilla en el propio
grupo-clase ni mantener distancia de seguridad; todo será muy parecida a como
era antes de la pandemia.
El gobierno catalán justifica el cambio radical en los nuevos datos sobre
la evolución del coronavirus: los infectados confirmados menores de 15 años
sólo son el 1% de los casos y, al parecer, con una carga vírica muy baja.
Incluso se ha dicho que, con estos datos, ahora se ve que no deberían haberse
cerrado las escuelas y que, en caso de rebrote en otoño, sólo se confinaría a la
gente mayor y a los colectivos vulnerables; la infancia podría continuar con su
actividad escolar presencial. Está claro que, con unos cambios de criterios tan
frecuentes en todo lo referente a la pandemia, habrá que esperar a ver qué pasa
finalmente. Ante estas decisiones tan cambiantes, lo menos que se puede decir
es que estamos desconcertados.
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