¡Qué revuelo que ha originado una decisión de la escuela Tàber, un centro
público de Barcelona! La comisión de género decidió retirar de la biblioteca
escolar un 30% de los libros de Parvulario, unos 200, por contener historias
tóxicas desde la perspectiva de género, según leo en La Vanguardia del 12 de abril del 2019. Según dice la noticia, los
padres detectaron hasta un 60% de libros con carácter machista pero sólo
retiraron aquellos que "reproducen roles que los niños pueden
naturalizar" y que contienen estereotipos que "pueden acabar creando
violencia machista".
Esta decisión ha generado varios artículos en la prensa, algunos favorables
y otros de contrarios. Hay quien opina que "los cuentos populares tienen
un valor en sí mismos, forman parte (...) de una tradición milenaria que ayuda
a los niños a comprender la realidad". En esta línea, se considera una
opción mejor que la censura acompañar a los niños en la lectura de estos textos
para ayudarles a desarrollar el pensamiento crítico. Es una cuestión compleja
que no se puede reducir a censura sí o censura no y, en todo caso, se debe
tener presente que estamos hablando de obras para niñas y niños muy pequeños. Un
tema interesante para pensar.
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