Se ve que en Hungría, Letonia y Grecia se pondrá en marcha una novedad para
el control de la frontera: los viajeros recibirán una prueba automática de
detección de mentiras por parte de un agente animado de inteligencia
artificial. Estos agentes de control virtual harán preguntas a los viajeros
(por ejemplo: ¿Qué hay en tu maleta?). El sistema registra las caras y utiliza
la inteligencia artificial para analizar 38 micro-gestos. Si el viajero supera
la prueba, recibirá un código que le permitirá traspasar la frontera. Si no la
supera, un agente humano revisará el informe. Se trata de un programa piloto y,
de momento, no impedirá que se pueda cruzar la frontera, sea cual sea el resultado
de la prueba, puesto que el programa se encuentra en fase experimental.
La inteligencia artificial parece tener unas potencialidades que pueden
provocar muchos cambios en el funcionamiento de las sociedades. Esto abre
interrogantes sobre cómo será el futuro y reafirma que, en la educación, hay
que priorizar el desarrollo de aprendizajes como la resolución de problemas, la
creatividad, la capacidad analítica o la adaptación a nuevas situaciones.
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