Hemos iniciado las clases de un nuevo curso. El
primer día siempre tiene algo de especial, incluso aunque se trate de una
asignatura que ya hace años que la impartes. Se produce un nuevo encuentro, con
un alumnado en general joven, y te preguntas como irá este curso. Me preocupa
especialmente qué tipo de relación podremos establecer, como construir un
vínculo que facilite trabajar de manera corresponsable en el proceso de enseñanza
- aprendizaje. El reto es favorecer su motivación y, a la vez, su capacidad de
aprendizaje autónomo. Encontrar el punto justo entre la ayuda a su proceso de
aprender y el desarrollo de una autonomía que les haga plenamente
protagonistas de su proceso de aprendizaje no es una tarea fácil. Quizás será
que enseñar no es sencillo, pero probablemente en este reto esté el encanto de
nuestra profesión.
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