¿Qué implica esta
resolución? El profesorado hemos recibido un escrito de la dirección de la Universidad dándonos
instrucciones en el sentido de que no se pueden colgar en el campus ni
fragmentos de libros ni artículos sometidos a derechos de autoría (que también
incluyen los derechos de las editoriales). Esta situación es preocupante (no se
pueden colgar ni los propios textos publicados si están sujetos a derechos de
autoría) porque dificulta mucho proporcionar materiales al alumnado.
Así, pues, ha llegado a la Universidad la
polémica sobre el acceso a material publicado. Si ya de por sí es un tema
complejo, en este caso es especialmente preocupante puesto que estamos hablando
de recursos para la formación de los estudiantes universitarios. Pensar, hoy en
día, que la única alternativa es remitir al alumnado a la adquisición o a la
consulta en la biblioteca de los textos no resulta muy viable, especialmente
cuando estamos hablando de fragmentos diversos de extensiones cortas.
El problema que ahora
afecta directamente a dos universidades muy probablemente pronto será un
problema del conjunto del sistema universitario. ¿Qué tenemos que hacer?
Parece que existe una
alternativa: que la
Universidad pague a CEDRO (la entidad que gestiona derechos
de autoría) una cuota anual por estudiante. ¿Es la única opción? Y, si fuera
así, ¿el sistema universitario la afrontará en la situación económica actual?
Lo cierto es que, en este momento, estamos entre la espada y la pared.
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