Acabo de regresar de una estancia de cuatro
días en Menorca. He
ido para celebrar que, desde el pasado lunes, estoy jubilado. Para
mí, es un momento de satisfacción -de no ser así no habría solicitado la
jubilación anticipada- pero también de recuerdos y de cierta nostalgia por lo
que he dejado. Hay
quien se toma la jubilación como una ruptura radical con la tarea profesional
pero este no será mi caso: me he comprometido en un proyecto nuevo, he aceptado
alguna solicitud para impartir formación para docentes y no he dejado totalmente
alguno de los proyectos en que participaba, incluyendo la dirección de dos
tesis doctorales en proceso. También
espero poder escribir algún libro con un poco de tranquilidad. Quiero
tener más tiempo para centrarme en determinados proyectos y más libertad para
decidir dónde vierto mis esfuerzos. Claro,
también quiero tener tiempo para actividades no profesionales porqué, como dice
una de las entradas de este blog, "Hay vida más allá de la
educación". De
momento, así entiendo la jubilación.
En todo caso, esto de la jubilación supone una situación nueva y habrá que irse
adaptando a esta realidad personal y social. Concibo
este momento como el inicio de una nueva etapa de la vida en la que se tiene
una buena oportunidad para repensar ciertas cosas, algunas de más entidad y
otros quizá menores. Me
parece que la felicidad a menudo se encuentra más en las relaciones con las personas
con las que te encuentras bien y en pequeñas cosas del día a día que en
quimeras o, incluso, en grandes proyectos porqué, de estos, hay pocos. Hablando
de repensar, quizás una de las cosas que tendré que repensar es este blog; puedo
seguir haciéndolo con los mismos criterios o no ... pero, tiempo al tiempo, ya
lo pensaré. Seguiremos
en contacto, si no te cansas del blog.
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