La semana pasada solicité
la jubilación anticipada para el próximo 30 de septiembre. El
mismo día, hice la última clase en un máster universitario oficial. Es una sensación extraña. Por
un lado, resulta desagradable tener que moverse en un entorno donde cada año
hay menos profesorado fijo con dedicación a tiempo completo, donde prolifera la
burocracia, faltan recursos, se debe participar en muchas comisiones y
tribunales, donde los despachos están a menudo vacíos y donde los
compañeros y compañeras se van jubilando. Por
otra parte, es estimulante participar en algunos proyectos de investigación y
de innovación docente, colaborar en la formación del profesorado y, sobre todo,
acompañar a los y las estudiantes en su proceso de aprendizaje.
Como
ocurre en muchos momentos de la vida para decidir hay que sopesar pros y
contras y, no nos engañemos, hay que aceptar que la decisión final tendrá mucha
parte de componentes emocionales. En
todo caso, la decisión ya está tomada y ahora disfruto especialmente de esta
última etapa de mi trayectoria universitaria. Aprovecho porqué ya
no se repetirá.
Ha sido un honor participar de tus clases, ¡gracias! ¡Que disfrutes de esta nueva etapa!
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