Más de
trescientos maestros y maestras de Francia han publicado un escrito, en el
diario Slate, en que manifiestan que
dejarán de enseñar gramática de acuerdo con la norma que estipula que el género
masculino es el genérico y, por tanto, prevalece sobre el femenino. Según manifiestan, esta norma se basa en un libro de 1767 en el que se dice que "el
género masculino es considerado como más noble que el femenino por la
superioridad del hombre sobre la mujer". A
partir de ahora, estas y estos maestros optarán por la norma de
"proximidad" (el adjetivo concuerda con el género del sustantivo más
cercano) y por la norma de la "mayoría" (s'adjectivará en masculino o
en femenino según la mayor
parte del grupo la formen nombres masculinos o femeninos). Este
manifiesto se ha publicado justo cuando el gobierno francés ha prohibido el uso
del lenguaje inclusivo en sus textos oficiales "por razones de claridad".
En mis escritos y cuando hablo intento tener en cuenta los dos géneros pero, a menudo, me encuentro con personas (hombres y mujeres) que defienden que se debe aplicar el masculino como genérico para, entre otras cosas, evitar un texto demasiado farragoso. Creo que esta opción responde a lo que dicen los maestros franceses en su escrito. Aunque a veces no es fácil encontrar una alternativa que rompa con ese dominio de lo masculino y no dificulte la lectura (por querer hacer presentes los dos géneros: hombres y mujeres, la maestro o el maestro, la profesora o el profesor, etc.), me parece que acceprtar la norma del masculino como genérico no ayudará a cambiar la percepción del masculino como mejor que el femenino. Los cambios en la lengua vienen del uso y es la norma que se acaba adaptando a este uso.
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