Se acabaron las vacaciones. Agosto
lo hemos pasado fuera, una semana en Irlanda -un país de un verde omnipresente y
donde el tiempo cambia de manera inesperada varias veces a lo largo del día- y
en Noruega, haciendo de abuelos. Los
últimos días he ido reenganchándome al trabajo, poco a poco, desde el pueblo de
mi esposa, en la Cataluña de Poniente. A
mi esposa le queda este mes de septiembre para jubilarse y yo estoy planteándome
muy seriamente la posibilidad de que éste sea mi último curso laboral. Esta
posibilidad me hace encarar el regreso de una manera un poco especial. La
vuelta al trabajo, para mí, no es nunca pausada: trabajos de fin de máster,
gestiones de prácticas y de doctorado te obligan a "ponerte las
pilas" desde el primer momento. Por
otra parte, ahora retomamos -si es que durante las vacaciones los hemos podido
olvidar- los problemas y las incertidumbres con que terminamos julio. Problemas
e incertidumbres a nivel de mi Universidad, del sistema universitario y
educativo en general pero también en el ámbito social y político, con un
referéndum de autodeterminación para Cataluña anunciado para el día 1 del próximo
mes. Adelante
pues y te deseo que, a pesar de la complejidad del momento, tengas un buen
curso ... o, al menos, un curso aceptable.
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