Me ha correspondido proponer la editorial para el número de verano de
la revista Aula de Secundaria.
Reproduzco unos fragmentos:
La inestabilidad que ha llevado hasta las recientes elecciones
generales del pasado 26 de junio ha tenido muchas repercusiones, también en el
ámbito educativo. En su momento, el Partido Popular aprobó y puso en marcha una
nueva reforma del sistema educativo, la LOMCE. Desde el primer momento, la ley
suscitó una amplia oposición, tanto en el Parlamento como en el sector
profesional de la docencia.
Una vez más, surgía una nueva ley educativa sin consenso y que
respondía a intereses partidistas. El
profesorado, en primer lugar, y las familias a continuación, volvían a vivir la
situación con desasosiego. Entre los docentes es un clamor la necesidad de un
periodo de estabilidad legislativa que permita trabajar con tranquilidad y
coherencia.
(...)
En el caso de la LOMCE hay que añadir que se legisló una ley que
responde a un modelo de sociedad y de persona muy determinado, tal como se ha
denunciado en múltiples foros. No es necesario ahondar en ello. Ahora la
situación ha cambiado: nuevos partidos en el escenario político y nuevas
correlaciones de fuerzas en muchas comunidades autónomas han incrementado el
rechazo a la LOMCE.
(...)
La evidencia de la necesidad de un pacto educativo ha llevado a los
partidos que han concurrido a las recientes elecciones a explicitar esta necesidad.
No es la primera vez que ello sucede pero, después de constatar tantas veces cómo
evoluciona el tema cuando se han terminado las elecciones, surgen muchas dudas
sobre si puede existir realmente una alternativa a esta situación tan repetida
y cada vez más acentuada.
Hay que insistir, repitiéndolo las veces que haga falta, en que la
educación es demasiado importante para un país como para que no exista un
mínimo consenso alrededor de ella.