Escoltes Catalans, asociación laica de escultismo, ha hecho 40
años; los hizo el pasado 14 de diciembre. Me lo recuerda su revista, que tienen
el detalle de enviarme. A finales de 1975, pocos días después de la muerte del
general Franco, nos reuníamos acogidos por el monasterio de Montserrat para
constituir Escoltes Catalans, como resultado de la unión de diversas
asociaciones scouts. Con Núria Giné, éramos responsables del Clan de Formació de Caps, que se había
avanzado a la constitución formal de la nueva asociación acogiendo futuros
jefes de unidad que provenían de diversas asociaciones.
En dicha revista (Escoltas Catalanes, 17,
pág. 20), Raúl Adroher, que fue comisario general de Escoltas Catalanes en
aquellos momentos, escribe que "el escultismo constituyó una herramienta
específicamente constituida para favorecer la aparición de resistentes a la
situación política del momento". Fueron tiempos de renovación y de cambio,
con una incidencia notable en los objetivos educativos. El escultismo, y
Escoltes Catalans en concreto, sigue muy vivo y mantiene la apuesta por buscar
un equilibrio entre la renovación y la fidelidad a los ideales scouts.
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