Siguiendo con
los temas propuestos para mejorar una enseñanza universitaria (entradas de este
blog del 13 y del 27 de febrero del 2019), hoy hago referencia a la relación
entre teoría y práctica. Los y las
estudiantes a menudo se quejan del carácter poco práctico de las enseñanzas y
les cuesta ver la relación entre la teoría y la práctica. No existe una
práctica que no se base en una teoría -a menudo, implícita- y la teoría se
construye basándose en los conocimientos obtenidos del análisis y la reflexión
sobre la práctica. Esta relación, sin embargo, muchas veces no se visibiliza
suficientemente. En las enseñanzas más claramente profesionalizadoras esta relación entre teoría y práctica debería ser aún más visible, si cabe.
La Universidad forma para ejercer una profesión y un profesional se define,
además de por otras características, por la capacidad de tomar decisiones con
autonomía y por ser competente para afrontar los retos propios de su práctica
profesional. Tanto para poder tomar decisiones de manera autónoma como para ser
competente es indispensable una formación donde la práctica y la teoría estén
bien entrelazadas.
En el análisis
que hice referido a una enseñanza específica, como puntos fuertes destacaba la
sensibilidad por parte de mucho profesorado para incluir la vertiente práctica
en las asignaturas, el valor que se otorgaba al prácticum y su remodelación
para que cumpla mejor sus funciones claves y la potencialidad del trabajo final
de grado por su vertiente de aplicación. Como cuestiones que quizás se podrían
mejorar hice referencia a la existencia de asignaturas muy teóricas, sin
relaciones con la práctica; la percepción por parte de los estudiantes de la
falta de relación entre una teoría
descontextualizada y lo que ellos y ellas consideran la realidad; la
detección en el trabajo de final de grado de carencias en el logro previo de
algunos contenidos, aunque estos contenidos a menudo se han impartido a lo
largo de la titulación; el reto de aprovechar el prácticum para trabajar con
las y los estudiantes a partir de sus experiencias para analizarlas
aprovechando los contenidos de carácter teórico de varias asignaturas. Mejorar
la relación entre teoría y práctica en el proceso de enseñanza y aprendizaje no
parece una cuestión sencilla porque es un tema recurrente pero hay que
abordarla, empezando por alguno de los puntos que se podrían mejorar. Quizás
una buena manera sería empezar por ver cómo se puede potenciar la relación
entre las vivencias del prácticum y los contenidos de varias asignaturas.