Nos
encontramos a las puertas de las fiestas de Navidad. Estas fiestas me gustan,
aunque su consumismo exagerado desvirtúa un poco el sentido más profundo que
tienen estos días para mí: encuentros con la familia para compartir, sin
prisas, alrededor de una mesa, que es como en estas latitudes acostumbramos a
hacer las celebraciones; compartir con amigos y amigas la entrada a un nuevo
año que se nos aparece lleno de incertidumbres; disfrutar de la magia del día
de Reyes, especialmente ahora que la nieta lo vivirá por primera vez con todos
los sentidos. Además, para estos días esperamos otra nieta.
Las entradas
en el blog también se cogen unos días de descanso, hasta el próximo año. Te
deseo unas felices fiestas y, si eres de esos a quienes no les gustan, que te
sean leves.