martes, 25 de octubre de 2016

EL CAMBIO TECNOLÓGICO, MÁS QUE UN CAMBIO EN LA TECNOLOGÍA



Hace unos días (La Vanguardia 25 de septiembre de 2016) leí un artículo de Fernando Trías de Bes titulado ¿Internet de las cosas? ¡Tranquilos! que creo que refleja muy gráficamente qué está pasando con el cambio tecnológico (una de las cosas que están pasando). Reproduzco unos fragmentos:

"A principios de los años noventa, internet irrumpió en el mundo (...). Las empresas dijeron: "Tranquilos, es como añadir un canal más de televisión. Sólo necesitamos una página web, y todo controlado". Pues no: resultó que (...) la P de publicidad, tal como la conocimos, ha quedado completamente obsoleta.

A comienzos del 2000, apareció el correo electrónico. En las empresas se dijo: "Tranquilos, esto equivale a añadir un canal de distribución a los que ya tenemos, como cuando aparecieron los hipermercados, y todo controlado". Pues no: la P de punto de venta y la P de precio, tal como las conocimos, son totalmente obsoletas.

Hacia el 2006 y desde entonces, aparecen las redes sociales. Las empresas dijeron: "Tranquilos, Facebook son páginas web de personas en lugar de empresas. Sólo necesitamos una cuenta de Facebook, Twitter o Instagram, y todo controlado ". Pues no: el concepto de público objetivo, de capacidad de atención del cliente y la estructura del mercado de comunicación, tal como los conocimos, son obsoletos (...).

Hacia el 2010, irrumpen los dispositivos móviles y teléfonos inteligentes. Las empresas dijeron: "Tranquilos, es lo mismo que un PC pero más pequeño; sólo necesitamos una página web responsiva, y todo controlado ". Pues no: se han evaporado más de la mitad de las calculadoras, teléfonos fijos, discos de música, navegadores de automóvil, cámaras fotográficas y de vídeo "(...).

Pasado el 2010, la internet 2.0 aparece en nuestras vidas. Y las empresas dijeron: "Tranquilos, son páginas web donde la gente puede participar. Sólo necesitamos dejar que en nuestras webs la gente pueda decir algo, y todo controlado". Pues no: apareció la economía colaborativa (...).

En 2016 la internet de las cosas llega a nuestras vidas" (...).

miércoles, 19 de octubre de 2016

LAS COMPETENCIAS EN LA UNIVERSIDAD




 He participado con un capítulo en un libro reciente que presenta los resultados de una investigación sobre el aprendizaje por competencias en la Universidad. Su título es Evaluación por competencias: la perspectiva de las primeras promociones de graduados en el EEES y ha tenido a Elena Cano y a Maite Fernández como editoras (Barcelona: Octaedro-ICE UB, 2016). El estudio aporta conocimiento sobre un tema que requiere ser investigado puesto que las competencias han sido una novedad muy relevante de las nuevas titulaciones puestas en marcha a raíz del Espacio Europeo de Educación Superior.

Se estudió la percepción de graduados, estudiantes, profesorado, empleadores, gestores y expertos respecto de siete competencias. Se concluyó que se da una “elevada descompensación”: algunas competencias se perciben como desarrolladas (trabajo en equipo, capacidad comunicativa y capacidad de gestión de la información) mientras que otras (como el compromiso ético) aparecen como muy poco presentes. Asimismo, desde la perspectiva de los estudiantes, las metodologías más utilizadas no son las que consideran que favorecen un mejor aprendizaje competencial. Se destaca también la importancia de la retroacción o feedback.

En el último capítulo, Cano recoge una serie de retos que hay que afrontar para avanzar en el aprendizaje competencial en la Universidad: establecer claridad conceptual, abordar las competencias olvidadas, pasar de la evaluación por competencias a la evaluación de competencias, ensayar sistemas de formación dual, mejorar el feedback y progresar en el reconocimiento de las competencias adquiridas por vías no académicas. Queda camino por recorrer y estudios como los que comento pueden ayudar a conocer mejor cuál es la realidad para fundamentar pasos hacia adelante.

miércoles, 12 de octubre de 2016

UN TEMA QUE NO SE PUEDE CONVERTIR EN RECURRENTE



Niños y adolescentes sin papeles intentan llegar a Europa de la misma manera que lo hacen los adultos. Otros, tienen los papeles en regla: grupos de adolescentes esperan que lleguen adultos occidentales para poder comer un plato caliente y volver por la noche al centro de acogida; el día siguiente, enviarán lo que han ganado a su familia. En el año 2014 atravesaron Italia 13.000 menores no acompañados; en 2015, 12.360 según UNICEF. En Libia esperan unos 75.000 menores que viajan solos. Cuando llegan a Libia, subiendo del sur, niños y adolescentes tienen que trabajar para poder llegar hasta el Mediterráneo. Algunos desaparecen. Nueve de cada diez menores inmigrantes y refugiados viajan solos.

Según Save the Children y UNICEF durante recorridos que pueden llegar a los 8.000 km.
son esclavizados, prostituidos, torturados... En Italia abundan los centros de acogida montados como negocio. De todo esto hay que hablar porque la situación es muy grave y no podemos desentendernos y porque lo peor que podría pasar es que nos acabáramos acostumbrando. Nos debemos sentir interpelados por lo que está pasando.