martes, 28 de octubre de 2014

ANALFABETISMO, ESPECIALMENTE FEMENINO

En el último número de la revista Aula de innovación educativa (número 235, octubre 2014) se recoge un estudio del Atlas de la Alfabetización de la UNESCO que pone de manifiesto que 781 millones de personas adultas son analfabetas y que el 64% de ellas son mujeres. Entre el analfabetismo juvenil (15 a 24 años), el porcentaje se eleva al 77%. El Diario de la educación, por su parte, recoge que en España hay 724.000 personas analfabetas, de las que un 69% son mujeres.

Estos datos son preocupantes porque la situación no parece mejorar demasiado, a lo largo del tiempo. La UNESCO considera que la educación de las niñas es fundamental para la mejora laboral y para salir de la pobreza. También lo es para mejorar las condiciones de salud, de las propias mujeres y la de sus hijos e hijas.

A menudo nos encerramos demasiado en nuestro micro-contexto y no somos suficientemente conscientes de problemas graves, como el del analfabetismo y su especial incidencia en la población femenina. Hacer visibles estos hechos es también una tarea educativa.

martes, 21 de octubre de 2014

¿QUÉ TIPO DE CONOCIMIENTO ES EL PROPIO DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA?

El conocimiento cotidiano o vulgar (sin ningún sentido peyorativo) es el que tenemos las personas como fruto de nuestras experiencias en la vida de cada día. Este no es el conocimiento que se debería aprender en las instituciones educativas. Tampoco podemos pretender que se adquiera conocimiento científico. Ya hace bastantes años, el profesor Ángel Pérez Gómez etiquetaba el conocimiento que se enseña en el sistema educativo como conocimiento académico.

Este tipo de conocimiento es sistemático y complejo, no anecdótico. Es el conocimiento que nos ayuda a analizar los hechos, a elaborar conceptos, a emitir juicios argumentados y fundamentados. En mis clases en la Universidad, constato que no es fácil adquirirlo. No lo es, entre otras razones, porque a menudo los y las estudiantes –también nosotros, sin duda- tienen tendencia a emitir juicios y a establecer conclusiones a partir de sus prejuicios y preconcepciones. Vivimos en una sociedad donde rápidamente etiquetamos y clasificamos.

Para adquirir conocimiento académico se requiere una mentalidad abierta e, incluso, un esfuerzo consciente para encontrar lo imprevisto. Como decía el presocrático Heráclito, si no esperas lo inesperado, no lo encontrarás.  El conocimiento académico pide estar predispuesto a buscar información, intentando que nuestros preconceptos no nos hagan malinterpretarla o nos lleven a conclusiones precipitadas; saber escuchar; analizar con rigor y con la conciencia de que la realidad es compleja y no es de recibo forzar su simplificación. Es a partir de este proceso abierto, sistemático y riguroso, que deberíamos elaborar nuestros juicios. No es nada fácil, pero construir conocimiento en la institución escolar no creo que pueda entenderse de otra manera.

martes, 14 de octubre de 2014

LA VOZ DEL PUEBLO

En Cataluña estamos viviendo momentos convulsos. Nos encontramos en una encrucijada en la que choca la demanda popular y de la mayoría del parlamento catalán de que los ciudadanos y ciudadanas podamos opinar sobre el futuro de Catalunya contra la resistencia del gobierno español y de una parte minoritaria de la población catalana a que se pueda manifestar esta opinión en las urnas.

La situación actual, altamente compleja, puede evolucionar de maneras diversas pero no parece que pueda resolverse sin que, finalmente, la ciudadanía catalana pueda expresarse en las urnas. Somos muchos los que creemos que el gobierno español está demostrando miopía con una cerrazón absoluta que está favoreciendo el incremento del sentimiento independentista.

Entiendo, aunque no comparto, que consultar al pueblo sobre determinadas cuestiones pueda resultar para algunos poco -o nada- agradable. Mi opinión es clara: no puedo admitir que este proceso no termine con la manifestación de la opinión en las urnas. Creo que en Catalunya somos una mayoría amplia los que no lo podemos aceptar.

martes, 7 de octubre de 2014

NO POR HABITUAL...

El otro día recogimos esta publicidad delante de la Facultad de Psicología:



 Las academias que ofrecen a los y las estudiantes aprender a aprobar, siguiendo estrictamente el temario de determinada asignatura que se imparte en un centro universitario, es algo muy habitual en los estudios de ciencias. Se trata de una enseñanza paralela que probablemente resulte muy lucrativa para las academias que se dedican a ello. Para un número importante de estudiantes son una buena oportunidad para conseguir "sacarse" una asignatura.

 Los estudiantes tienen que buscar fuera para aprender o, al menos, para aprender a aprobar. Si estas academias se mantienen es, quizás, porque la Universidad no es capaz de preocuparse realmente por el aprendizaje de sus estudiantes.  El que esta práctica venga de lejos no debería ser óbice para que el profesorado y los gestores universitarios pensemos en lo que está sucediendo y en cómo podríamos contribuir a mejorar un problema del que las academias son sólo el síntoma.