martes, 29 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (10)



Estos días son extraños. El lunes fue festivo en Cataluña, fue el denominado lunes de Pascua, el día de la mona. Además, este año coincidió con mi aniversario de bodas. El martes para mí también fue festivo puesto que la Facultad de Pedagogía había decidido que uno de los dos puentes que cada año se recogen en su calendario, correspondería a este día. Lo de los puentes entre festivos también es algo digno de estudio, muy característico por otra parte de nuestra tierra pero algo incomprensible para mentalidades de otros países, como los del norte de Europa.

Fue puente porque el miércoles celebramos el día de San Jorge, patrón de Catalunya. Ya hace unos años la Universidad de Barcelona decidió que éste sería el día de fiesta de la Universidad, sustituyendo a festividades patronales que habían perdido su sentido. San Jorge es un día muy especial, por muchas razones. Una de ellas, por ser un día laborable en el que todo el mundo encuentra la manera de escaparse un rato del trabajo para pasear por las paradas de libros y rosas. La festividad en la Universidad facilita disfrutar de la jornada pero no tengo muy claro que sea la mejor opción, puesto que priva de las celebraciones culturales que se hacían este día en nuestra institución.

Total: una semana con dos días laborables. Esto sí: llenos de actividad. Cómo sólo había dos días todo se tenía que concentrar: clase, reunión con el grupo de investigación, tutorías, despacho con algún profesor... y correos y más correos electrónicos. En casos como estos, si llegáramos a los días laborables sin haber avanzado algo de trabajo en los festivos podría llegar al colapso. Ello hace que muchos festivos no lo sean del todo pero esto es propio de nuestra profesión y se ve muy favorecido por la presencia continuada en nuestras vidas de las tecnologías de la información. Para bien o para mal.

jueves, 24 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (9)

Semana de vacaciones con los edificios de la universidad cerrados para ahorrar. Aprovecho para acompañar a mi hija que pasará unos días con nosotros antes de volver a su trabajo en Noruega. Es una más de las que han tenido que ir a buscar trabajo fuera.

 
Sin despertador. Aunque no me levanto tarde, la libertad de hacerlo a la hora que me place es impagable. Como no puedo evitar consultar el correo electrónico, veo que hay profesorado que trabaja y recibo algunos escritos de estudiantes. Respondo, aunque quizás no debería hacerlo. Aprovecho para convocar alguna reunión y ponerme al día en alguna otra cuestión.

 
El jueves salgo para el pueblo, donde nació mi esposa y en el que tenemos una casa. Estos días me los cojo más estrictamente como festivos. Visitamos las salinas de Vilanova de la sal. Hay un movimiento de recuperación de las viejas salinas, con finalidades culturales y de recuperación del patrimonio.

 


 

El buen tiempo nos acompañará hasta el domingo. Este día, hacemos un vermut en casa de unos amigos y, por la tarde, regresamos a Barcelona. Hemos cargado pilas y la verdad es que el trimestre que ahora empieza se hará muy corto.

martes, 15 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (8)

Esta semana me ha tocado revisar los informes de seguimiento del proyecto que están realizando los estudiantes del grado. En este caso no tengo que calificar, sólo preparar un buen retorno que les ayude a seguir avanzando.  El jueves dedicamos cinco horas seguidas, junto con la profesora de la otra asignatura con la que nos coordinamos, a hacer la devolución a cada grupo, una media hora aproximadamente en cada caso. Estas devoluciones creo que son muy útiles pero, en ocasiones, son algo desesperantes porque ves que algunos estudiantes no tienen nada claras algunas cuestiones a las que les hemos dedicado un buen tiempo en las clases. Creo que uno de los problemas -y así se lo comento- es que no leen ni estudian y no basta con asistir a clase... ya no hablemos de alguno que casi ni aparece. Da la sensación de que, en algunas titulaciones, una parte del alumnado no tiene del todo claro que significa ser estudiante universitario. Es una sensación compartida con muchos otros profesores y profesoras.

Antes del jueves, aparte de lo que es más habitual, asistí a una reunión de coordinación del trabajo de final de grado, trabajé en el proyecto de casos en red... y seguí, una parte por radio y otra por televisión, el debate en el parlamento español a partir de la petición del parlamento catalán de transferencia de la autorización para celebrar una consulta sobre la relación entre Catalunya y el resto de España. Una cuestión que se está viviendo intensamente en Catalunya. También asistí a una parte de una interesante jornada sobre experiencias en el campo de la educación social que co-organizamos distintas asignaturas. Me llamó la atención la idea, cada vez con más fuerza en Europa, de que para dar alternativas reales a la población sin hogar hay que ofrecerles un piso donde puedan vivir solos, con algunas condiciones, entre ellas la de aceptar como mínimo una visita semanal de un educador.

El miércoles la Junta de la Facultad de Formación del Profesorado y la de la Facultad de Pedagogía aprobamos, en paralelo, la Memoria para la constitución de la nueva Facultad de Educación. Por la tarde, hago clase en el Máster y, a continuación, dos tutorías de trabajo final de grado.



El viernes por la mañana lo puedo dedicar entero a trabajo de despacho, sólo con alguna corta visita. A las dos y medio cierro la persiana. Empiezo vacaciones pues, aunque no quisiera, la próxima semana la Universidad de Barcelona cierra todos sus edificios, para ahorrar. Ha sido un trimestre largo.

martes, 8 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (7)

Después de la clase de grado y de un rato de despacho, hacia la una del mediodía del lunes salí hacia Amposta  para realizar mi cuarta sesión de asesoramiento sobre la competencia de trabajo en grupo en el instituto de secundaria Ramón Berenguer: una hora con el claustro y dos horas con el seminario. Aunque el desplazamiento no es corto (dos horas largas en coche desde Barcelona sin contar la parada para comer) resulta gratificante porque te permite interaccionar con profesorado preocupado por mejorar, día a día, la docencia. La competencia de trabajo en grupo, por otra parte, supone un desafío porque lleva a replantear algunas concepciones que suelen estar muy arraigadas en secundaria. De lo que se trata es de aprender a trabajar en grupos cooperativos en los que "los objetivos de los participantes se encuentran estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos pueda llegar a sus objetivos si y sólo si los demás consiguen los suyos" (J. Rué El trabajo ccoperativo. Barcelona: Barcanova, 1991). Si el objetivo es éste, ¿cómo se combina con la evaluación individual que tanto nos suele preocupar?

El miércoles, la radio que acompaña mis primeras horas de cada jornada, aquellas horas que no sabes a ciencia cierta si estás despierto o dormido, informaba de que el alumnado español nuevamente ha obtenido malos resultados en un informe PISA, en esta ocasión en pruebas de habilidades prácticas. Pienso que, sin descartar el interés de estos estudios, es fácil caer en esquematismos y en la búsqueda de causas y de culpables que simplifican en alto grado una realidad muy compleja.

El día siguiente envío dos correos electrónicos a Chile, a dos doctorandas a quienes dirijo la tesis, en solidaridad con las consecuencias de los terremotos que están sufriendo en el norte del país. En nuestra Facultad, empiezan a desatarse nervios y angustias ante la inestabilidad del profesorado que, un curso más, no sabe si va a poder seguir en la Universidad. Por la tarde, trabajo en casa, lo que me permite ponerme un poco al día con las lecturas pendientes.

El viernes tenemos reunión de la comisión permanente del comité científico del CIDUI, el Congreso de docencia universitaria e innovación del próximo julio. También aquí hemos vivido la desidia que, en ocasiones, aparece en la Universidad: el último día del plazo para que los revisores enviaran sus informes sobre las comunicaciones, algunos -unos cuantos- resulta que no habían hecho ni harían ninguna revisión. Evidentemente son una minoría pero aún no salgo de mi asombro.

martes, 1 de abril de 2014

LA SEMANA DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO (6)


La clase del lunes fue un poco distinta porque, con otra asignatura con la que trabajamos conjuntamente, organizamos una conferencia sobre un proyecto de animación sociocultural de una fundación dedicada a la integración social y a la mejora de la calidad de vida de personas con discapacidad intelectual:

http://ensanti.blogspot.com.es/p/qui-soc.html


Después, hicimos una nueva reunión del grupo de innovación docente; quedamos para comer y después nos reunimos. Nos congratulamos de haber sido reconocidos como grupo de innovación docente consolidado por nuestra Universidad. Rosa nos explico un proyecto de investigación sobre entornos personalizados de aprendizaje en el que está participando. Entre otras cosas, revisamos la web del grupo:

http://www.ub.edu/transedu/

El miércoles empecé la docencia en una asignatura optativa del Máster de Investigación y cambio educativo. Como siempre, la docencia en el máster me resulta muy gratificante: los estudiantes son pocos y con un nivel que facilita la reflexión y la profundización.

La clase de grado del jueves la realice con normalidad pero otras clases no se hicieron porque una parte de los estudiantes se sumó a la huelga convocada contra la política del inefable ministro de educación.

El viernes tuve reunión con la presidenta del comité organizador del VI Congreso Internacional de Docencia Universitaria e Innovación (CIDUI) que se celebrará este próximo julio, y cuyo comité científico presido.

Cuando miro hacia atrás y veo como ha transcurrido la semana (a la que hay que añadir tutorías, alguna que otra reunión y tareas diversas) constato una vez más que tengo una profesión que me obliga a tocar muchas teclas lo que, si bien es verdad que en ocasiones tienes que saltar de una cosa a la otra antes de lo que querías, por otra parte te proporciona una variedad de actividades y de responsabilidades, cada una de ellas interesantes y, en su conjunto, personalmente muy enriquecedoras. Será que me gusta mi profesión.