martes, 29 de mayo de 2012

SITUACIÓN PREOCUPANTE (Resumen de prensa)

ELPERIÓDICO DIGITAL 22 mayo 2012
INFORME DE UNICEF ESPAÑA
Uno de cada cuatro niños españoles es pobre
El número de hogares con menores en los que todos los adultos están en paro creció un 120% entre el 2007 y el 2010

Lunes, 21 de mayo del 2012
EFE / Madrid
El 26% de los menores --2.200.000 niños-- viven en hogares que están por debajo del umbral de la pobreza, por lo que por primera vez se sitúan como el colectivo más pobre de España. Así se desprende del informe El impacto de la crisis en los niños de Unicef España, que revela que ha aumentado el número de familias en situación de vulnerabilidad y destaca que en dos años ha crecido en 205.000 el número de niños que vive en hogares afectados por la pobreza.
El informe refleja asimismo que el número de hogares con niños en los que todos los adultos están sin trabajo ha crecido un 120% entre el 2007 y el 2010. Además, los datos de Unicef España ponen de relieve que se ha intensificado la pobreza en aquellos hogares que ya padecían una situación de pobreza crónica.
Reducción de gastos de primera necesidad
"La pobreza tiene rostro de niño", ha señalado la directora de Unicef España, Paloma Escudero, quien ha alertado en la rueda de prensa de presentación del informe que los niños sufren la crisis especialmente en aquellos hogares que se han visto obligados a reducir sus gastos en productos de primera necesidad, como la alimentación, la atención médica o el material escolar.

martes, 8 de mayo de 2012

SENSACIÓN DE DESÁNIMO


Estos últimos días estoy captando en mi entorno una sensación preocupante, una sensación de desánimo muy generalizada. La verdad es que creo que a mi también me ha invadido. El otro día comentaba con unos compañeros que tengo una sensación semejante a la de una peonza que alguien ha lanzado y que va dando golpes, ahora a una pared ahora a otra. No hablo sólo de mi caso en concreto, sino de la situación general en mi entorno. Hay quien dice que quien ha lanzado la peonza controla hacia donde va, pero lo dudo.

En la educación, desde la Infantil a la Universitaria, tenemos problemas graves, muy graves, y es preocupante porque la educación es una pieza esencial para el progreso y la equidad social. La situación es grave, pero no sólo en el ámbito educativo: estamos asistiendo a un proceso de involución como nadie se podía imaginar no hace demasiado tiempo.

Tenemos la sensación de que nos están cayendo por todos lados y que nos estamos dirigiendo a una catástrofe social pero, en lugar de resistir, nos ha invadido un sentimiento de fatalidad que nos está paralizando. Una compañera comentaba que tenemos que cambiar el chip porque, si seguimos así, nos hundiremos.

El momento es muy delicado. Hay que empezar a pensar seriamente en que es necesario articular una respuesta pero hay que hacerlo con inteligencia y mediante la construcción de objetivos definidos y compartidos.  Tenemos que luchar contra unos enemigos muy poderosos y si sólo nos basamos en la espontaneidad nos ganaran con facilidad. Tenemos que avanzar de la indignación a la protesta articulada. Esto demanda voluntad y tiempo, pero no tenemos otro remedio que empezar a trabajar en ello. Se ha convertido en un deber ético.

martes, 1 de mayo de 2012

DEBERES ESCOLARES

En el número 211 de Aula de Innovación Educativa, de mayo de 2012, aparece la siguiente editorial:

LOS DEBERES ESCOLARES, UNA CUESTIÓN COMPLEJA


En educación hay temas que, como el río Guadiana, surgen y vuelven a resurgir. El de los deberes en casa es uno de ellos. En esta ocasión es en el país vecino, Francia, donde se ha generado un debate social sobre la cuestión. Han sido asociaciones de padres y madres que se han manifestado contrarías a que los y las escolares tengan que realizar tareas complementarias en casa.

Uno de los argumentos que sustenta esta petición es que resulta injusto para aquellos niños y niñas y adolescentes que no cuentan con el suficiente apoyo familiar para realizar sus deberes escolares, ya sea porqué sus progenitores están trabajando o porqué no tienen la suficiente formación para prestarles orientación. Ante ello, creen que es en la escuela donde se tienen que realizar las tareas escolares y no fuera de ella.

Los deberes suponen una extensión de la actividad escolar, lo cual plantea algunas cuestiones de fondo para la reflexión: ¿son necesarios los deberes escolares?, ¿en qué deberían consistir y cómo deberían hacerse?
Para responder a la primera cuestión, es necesario profundizar en el concepto de aprendizaje significativo o con sentido con relación al aprendizaje repetitivo y mecánico. Los deberes cumplirán funciones distintas según qué tipo de aprendizaje pretendan reforzar. Por otra parte, es cierto que el aprendizaje de procedimientos requiere de ejercitación y ésta supone tiempo, que si en la escuela se dedica a esta ejercitación no se dedicará a otro tipo de actividades de aprendizaje.

Las tareas escolares fuera de la institución escolar sólo pueden justificarse habiéndose planteado cuestiones como las anteriores, puesto que los deberes son una estrategia docente para responder a determinadas funciones y objetivos. Sin embargo, el análisis y la reflexión sobre los deberes escolares no pueden obviar cuestionarse qué significa tiempo escolar y tiempo no escolar, si es adecuado encargar el mismo tipo de tareas en estos dos tiempos, si se garantiza que en la realización de tareas escolares fuera de la escuela el alumno o alumna cuenta con el apoyo adecuado y qué repercusión tiene en su proceso de aprendizaje –y en su evaluación acreditativa- el realizar los deberes de una manera u otra.

Con los deberes, la escuela está invadiendo un espacio que no es suyo y en este espacio no puede intervenir directamente. Ello no debe entenderse en el sentido de negar todo sentido, utilidad y justificación a los deberes, puesto que, bien planteados, probablemente pueden ayudar a un mejor proceso de aprendizaje e, incluso, a una mejor atención a la diversidad.

Lo que debe contemplarse son las peculiaridades de este trabajo escolar fuera de la escuela y ello obliga a reflexionar sobre sus objetivos, su contribución al aprendizaje y las características específicas de cada contexto social y familiar. Es difícil generalizar qué tipo de deberes, qué cantidad y  qué condiciones son los más adecuados porque los contextos son distintos. Lo que sería un error es no dar suficiente importancia a esta cuestión o no verla en su globalidad, dejando de considerar cuestiones como las que se han apuntado.

El tema se ha puesto de nuevo de actualidad a partir del movimiento que se ha dado en Francia pero, independientemente de ello, ahora es un buen momento de tratarlo puesto que pronto se tendrá que decidir sobre unos deberes que tienen unas características peculiares, los de verano, pero que requieren de la misma reflexión sobre su porqué y su cómo. Las decisiones, en temas educativos, siempre son complejas y necesitan de una reflexión compartida. Los deberes escolares no escapan a esta necesidad.